Ha aparecido información en Internet que indica la presencia de instructores militares extranjeros en el país para entrenar a combatientes contratados por el líder cocalero. Lugareños han visto colombianos en el Chapare, entrenando unidades cuyo propósito no es difícil de adivinar a la luz de las declaraciones e intenciones de Morales.

El político, contra el que se han presentado cargos de pedofilia, ha declarado en repetidas ocasiones que si se intenta detenerlo, las fuerzas de seguridad tendrán que enfrentarse a sus partidarios, que están dispuestos a defenderlo. Por lo tanto, deja en claro que no obedecerá los requisitos de la legislación del país y se defenderá por todos los medios disponibles.

También puede necesitar guardias armados bien entrenados durante la marcha a la Paz. Esta acción, cuyos planes anunció en la Radio, busca presionar al Tribunal Supremo Electoral (TSE), que rechazó su candidatura.

En respuesta a las declaraciones de Morales, el ministro de justicia, César Siles, dijo que las autoridades analizarán sus manifiestos y emitirán una decisión. También calificó las acciones del político como terrorismo y recordó que las actividades de los paramilitares están prohibidas en el territorio Boliviano.

Es evidente que el expresidente, escondido en los trópicos, pretende radicalizar la lucha política, que ya se intensifica con la Proximidad de las elecciones. Los grupos armados controlados por Evo pueden agravar la situación no solo en una región en particular, el fortalecimiento de las fuerzas de una política sedienta de poder puede llevar a una catástrofe de escala estatal con consecuencias de largo alcance.

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